La polémica se sube de nuevo a la rampa
Si el caso de Sandra fue el desencadenante, las redes
sociales hicieron el resto. La joven paralímpica salió de entrenar del
Adarraga el pasado jueves y se dispuso a tomar el autobús de la línea 9
de vuelta a casa cuando... ¡más de una hora después y al fallar la rampa
de hasta cuatro vehículos se veía obligada a cruzar el Ebro en su silla
de ruedas para ya en la Gran Vía tomar uno de la línea 4, al que sí
pudo acceder!, según explica ella misma a Diario LA RIOJA.
Alguien se hizo eco en Facebook de los problemas de Sandra
para coger el autobús y, ese mismo día, se creaba una cuenta en Twitter
-@RampaBus- para denunciar, textualmente, «el mal funcionamiento de las
rampas de los autobuses urbanos de Logroño». Desde entonces, el apoyo
internauta sumándose a la causa no ha parado, tanto que a día de hoy
Ayuntamiento de Logroño y Aulosa, concesionaria del servicio, parecen
haber tomado nota pese a reconocer que «no es un problema generalizado,
sino puntual».
La campaña en redes sociales se ha visto además acompañada
de una «oleada de quejas al 010» según reconoce el propio concejal de
Movilidad -hasta seis en tres días cuando se llevaba mes y medio sin
recibir ninguna-, haciendo que, «ante la dimensión social que comenzaba a
adquirir el caso», desde el Ayuntamiento se hayan realizado
inspecciones hasta en dos días diferentes y la propia concesionaria haya
extremado el control de las veces que sale y entra cada rampa.
«Tras los primeros datos, nuestra impresión es que responde
a una campaña orquestada que no se corresponde con la realidad»,
concluye Ángel Sáinz Yangüela. «Algo desmedido y desproporcionado», en
palabras de José Ignacio Jiménez, responsable de Aulosa. Y es que si
según los datos de la empresa los pasados lunes y martes subieron y
bajaron hasta 35 viajeros en silla de ruedas por día (con problemas en
no más de un par de casos diarios, aunque los viajeros afectados
terminaron subiendo y bajando), la última inspección municipal efectuada
el pasado lunes comprobó hasta 42 autobuses, registrando problemas en
solo uno de ellos.
«Fallan bastante»
Sea como fuere, lo cierto es que si hasta la fecha se
realizaban dos inspecciones al año, en apenas una semana se ha incidido
en su vigilancia. Sandra, quien pese a todo asegura que ya el martes de
la semana pasada, curiosamente coincidiendo con el día en el que
resultaba premiada en la Gala del Deporte riojano, se vio privada de
acudir al fisioterapeuta por el mal funcionamiento de una rampa, no lo
tiene tan claro. Habla por propia experiencia. «Fallan bastante», dice. Y
es que al factor mecánico de las rampas se le suma el humano, pues en
ocasiones que una rampa salga o entre depende del conductor. «Que quiera
o sepa», explica Juanjo, también con movilidad reducida. «Hay quien te
ayuda y quien directamente te dice que esperes al siguiente», expone.
Al igual que Sandra, Raquel y Patricia saben de lo que
hablan. Quedarse a puertas de un autobús con cara de circunstancias al
no funcionar la rampa. Otros, como Juanjo, ya desistieron. «Dejé de usar
el autobús porque, entre unas cosas y otras, al tratarse de recorridos
cortos opté por ir en la silla y tirar de batería», cuenta.
Desde La Rioja sin Barreras, encargada de recopilar quejas
que remite al propio Ayuntamiento, se viene a matizar el sentir general.
«¿Qué podrían funcionar mejor? Eso seguro», aclara uno de sus técnicos.
«La gente está malacostumbrada a que haya problemas con las rampas. por
desgracia su no funcionamiento sigue ahí y sabemos con certeza que hay
quien ha dejado de utilizar el urbano por ello», dice.
Desde Aulosa se insiste en que cada mañana se comprueba el
funcionamiento de las rampas que, en caso de fallar, pasan por el
taller. Sin embargo, tal y como reconoce, alrededor del funcionamiento o
no de las rampas «hay múltiples factores que se escapan a nuestro
control». Sirva como ejemplo lo sucedido en la mañana del último jueves,
cuando una rampa se atrancó en la parada del Banco de España para salir
y entrar perfectamente en la siguiente parada. ¿Razones? El hundimiento
de la calzada en Vara de Rey.
«A nadie más que a nosotros nos interesa que funcionen
correctamente», asevera Jiménez. No en vano, el beneficio de la empresa
depende de variables tales como el grado de funcionamiento de las
mismas.
«Influyen muchos factores»
«Aquí resulta muy fácil echar la culpa a Autobuses Urbanos
de Logroño cuando el funcionamiento de las rampas no está tanto en la
rampa en sí como en todo una serie de condiciones necesarias para su
correcto funcionamiento». Altura del bordillo, desniveles o no en la
calzada que posibiliten o imposibiliten la correcta alineación del
autobús, paradas libres de vehículos mal aparcados. y a ello se une el
que pasos elevados o cualquier roce con el sistema estropee el mismo,
así como su exhaustiva limpieza.
Pese a que tanto Ayuntamiento como empresa aseguran que
generalmente no surgen problemas, la semana que viene se reunirán con el
CERMI para cruzar datos y analizar la situación. «Es compromiso de
todos el que funcionen», lanzan su mensaje con un claro afán
tranquilizador.